¿Qué es la Inflación?

La inflación es un incremento del precio de bienes y servicios en una economía, a lo largo de un periodo de tiempo determinado. Por esa razón, la inflación también se define como la reducción del poder de compra de una divisa dada. Una serie de condiciones específicas son constitutivas de inflación. 

En primer lugar, el alza de precios ha de ser sostenida en el tiempo y no un hecho esporádico. A pesar de que el precio de un producto puede subir repentinamente, no tiene por qué necesariamente tratarse de inflación. A esto se le llama “cambios de precio relativos” y acostumbra a ocurrir debido a un problema con el suministro y demanda de un bien particular. Una vez el suministro se acomoda a la demanda, el precio se estabilizará. Por contra, en casos de inflación, el alza de precios seguirá sin estabilizarse.

En segundo lugar, la inflación conlleva un incremento general del precio de bienes y servicios. Mientras los “cambios de precio relativos” usualmente significan un alza del precio de uno o dos bienes, la inflación se refiere a un incremento de costes de prácticamente todos los productos de una economía. 

Por último, la inflación es un fenómeno de largo recorrido. El incremento general de precios se mantendrá por un periodo de tiempo prolongado. La mayoría de naciones modernas llevan a cabo mediciones anuales de las tasas de inflación, y los estudios revelan que la inflación, a menudo, dura varios años.

¿Cómo funciona la Inflación? 

Causas de la Inflación

Los economistas han identificado dos causas básicas de inflación. En primer lugar, un rápido incremento de la cantidad de dinero en circulación (masa monetaria). Por ejemplo, cuando los conquistadores europeos se hicieron con el control del hemisferio occidental en el siglo XV, lingotes de oro y plata inundaron Europa y provocaron inflación.

En segundo lugar, la inflación puede ser el resultado de una oferta insuficiente para un bien específico altamente demandado. Este hecho puede desencadenar un alza en el precio del producto en cuestión y acabar propagándose al resto de la economía. El resultado puede ser un incremento generalizado de precios de prácticamente todos los bienes y servicios. 

Medir la Inflación

Existen muchos enfoques distintos respecto a cómo calcular la inflación. El método habitual es medir los precios de los bienes y servicios más relevantes. Para llevar a cabo dicha medición, agencias gubernamentales pueden dirigir, por ejemplo, estudios domésticos encaminados a identificar los productos que se adquieren de forma más frecuente dentro de una comunidad o país. Los precios de estos artículos son a partir de entonces rastreados a lo largo del tiempo y usados como base del cálculo.

Inflación frente a Deflación

La deflación se produce cuando hay un declive generalizado de precios durante un periodo de tiempo determinado. A pesar de que la inflación es a menudo una amenaza para la economía de una nación, la deflación también puede ser peligrosa. 

En primer lugar, la deflación tiende a frenar la actividad económica. Debido a que los precios caen, los consumidores desarrollan el hábito de retrasar sus compras esperando que caigan aún más. En segundo lugar, la deflación puede provocar que las empresas reduzcan las inversiones en mejoras de producción como resultado de la caída de la demanda por parte del consumidor. Finalmente, esto se traduce en menor demanda de préstamos, lo que a su vez conduce a unas menores tasas de interés. A pesar de que unas tasas de interés más bajas pueden ayudar a los consumidores que solicitan una hipoteca o préstamo, serán perjudiciales para aquellos que dependen de los intereses que generan sus cuentas de ahorro. 

Sucesora del Crac del Mercado de Valores de 1929, la Gran Depresión es un notable ejemplo de deflación. Se considera la más profunda y larga depresión económica en la historia del mundo moderno. La contracción económica provocó que la masa monetaria se redujera y se pusiera en marcha una espiral económica descendente. La tasa de desempleo en los EEUU se elevó del 3.2% a aproximadamente un 25% en 4 años, reduciendo la demanda de bienes y provocando todavía mayor desempleo. 

Los economistas llaman a esta secuencia “espiral deflacionaria”, debido a que un acontecimiento económico negativo conduce a otro del mismo signo. A menudo, algunos tipos de crisis financieras ponen en marcha el ciclo al reducir la demanda de bienes y servicios, lo que frena la producción. Esto provoca una reducción de salarios e ingresos, lo que a su vez restringe todavía más la demanda. La desaceleración hace que los precios caigan. Una vez se inicia una espiral deflacionaria, los problemas que causa hacen que fácilmente se prolongue la recesión. Los expertos financieros consideran que las espirales deflacionarias son una gran amenaza para la economía de una nación. 

Inflación en Venezuela

Un claro ejemplo del impacto de la inflación puede encontrarse en Venezuela. El país sudamericano ha visto cómo su economía se desmoronaba bajo la inflación a lo largo de los últimos años. Políticas socialistas, corrupción generalizada y precios del petróleo en caída son probablemente algunas de las causas principales de la hiperinflación venezolana.

¿Por qué importa la Inflación?

La inflación es un asunto importante debido a que puede tener tanto efectos positivos como negativos en la economía de una nación y en las finanzas personales de un consumidor. 

Los Aspectos Positivos de la Inflación

A pesar de que la inflación es a menudo muy dañina, puede tener algunos efectos positivos. En primer lugar, la inflación puede estimular la economía de una nación. Como circula una mayor masa monetaria, hay más dinero para gastar, lo que a su vez, crea más demanda. Esto estimula la producción, reduce el desempleo e incrementa el flujo monetario en la economía como conjunto.

En segundo lugar, la inflación protege frente a un peligro económico denominado la “Paradoja del Ahorro”. Se trata de un término acuñado por John Maynard Keynes, un famoso economista del siglo XX. Designa la tendencia de los consumidores a retrasar la compra de bienes cuando los precios caen durante un periodo de deflación. Como puedes ver, la inflación funciona de manera opuesta a la deflación: impulsa a los consumidores a comprar bienes y servicios de forma inmediata, para anticiparse a una mayor subida de precios. 

Los Aspectos Negativos de la Inflación

A pesar de que economistas y funcionarios del gobierno están preocupados de una forma legítima por la inflación, ésta también importa al ciudadano común por varias razones. Afecta a la gente más vulnerable de la nación: a los pobres y ancianos, además de reducir los ingresos reales de la clase trabajadora. En tercer lugar, hace que suban las tasas de interés. Finalmente, la inflación reduce el valor de los ahorros. Gente que ha pasado años de su vida ahorrando dinero, para destinarlo a educación o a su jubilación, verá su poder de compra drásticamente rebajado. 

Criptomonedas e Inflación

Mientras los gobiernos nacionales tratan de controlar la inflación, Bitcoin es visto por muchos como una buena cobertura contra los estragos de la misma. Esto se debe al hecho que Bitcoin tiene una masa monetaria fija de 21 millones de monedas. A pesar de algunas controversias, muchos creen que esto convierte a Bitcoin en una divisa deflacionaria y, por tanto, resistente a la inflación. Por esta razón, muchos venezolanos han empezado a usar Bitcoin u otras criptomonedas para hacer frente a la hiperinflación de su país.

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