El Dr. Bruce Ng es un educador en el campo de la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) y ha sido un analista de cripto-tecnología líder para Weiss Cryptocurrency Ratings desde poco después de su lanzamiento.
Las personas ahora viven una buena parte de sus vidas en línea. Pero en esta era digital y sobreconectada, hemos tropezado con algunos obstáculos en el camino.
Entre los usuarios de Facebook, Twitter y YouTube, abundan las quejas.
Las imágenes de un recién nacido se marcan como “pornografía”.
Las oraciones solemnes se bloquean erróneamente como “discurso de odio”.
Las empresas legítimas se cierran por error mediante algoritmos robóticos.
Todo esto va más allá de la censura. Es un sabotaje arbitrario y aleatorio que corta las principales fuentes de ingresos para los creadores de contenido.
¿Y las preocupaciones por la privacidad? ¿Con qué frecuencia se ha pirateado Facebook? ¿Con qué frecuencia se ha pirateado y difundido la vida privada de millones de usuarios por Internet?
Demasiado a menudo para contar.
Estos son problemas graves en sí mismos. Pero aumentan cuando se considera que las publicaciones y los datos de las personas son una fuente de ingresos gigante para las empresas de redes sociales. Facebook, Twitter y otros gigantes se están escapando como bandidos.
Lo peor de todo es que los usuarios casi nunca comparten el valor que crean. Y millones están comenzando a darse cuenta de que esto es fundamentalmente injusto.
La gerencia puede hacer un voto en una pila de biblias para solucionar los problemas. Pero no es posible una solución sostenible por una sencilla razón:
Las autoridades centrales controlan los numerosos exabytes (millones de billones de bytes) de datos de usuario.
Y ese enorme tesoro centralizado de datos siempre será un objetivo irresistible para los especialistas en marketing, los buscadores de ganancias, los manipuladores y los piratas informáticos.
El ambicioso plan de Twitter
En diciembre de 2019, el cofundador y director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, comenzó a contratar un equipo especial de arquitectos, ingenieros y diseñadores de código abierto.
Su tarea: desarrollar una nueva versión descentralizada de Twitter, basada en la tecnología de contabilidad distribuida (DLT).
Lo llaman Bluesky.
Y aunque los detalles específicos son escasos, la idea básica parece ser un intento de remediar algunas de las quejas más grandes y comunes que afectan a los gigantes de las redes sociales en la actualidad.
Entonces, ¿cómo sería una plataforma de Twitter descentralizada? Idealmente, …
- No tendría una autoridad central que pudiera censurar o influir en el contenido.
- Utilizaría la mejor tecnología de contabilidad distribuida para garantizar que la información personal sea más privada y segura.
- Permitiría a los usuarios poseer y controlar el acceso a sus propios datos personales.
- Requeriría que los anunciantes obtengan el permiso de los usuarios para acceder a los datos y que les paguen por el privilegio.
En resumen, habría una oportunidad mucho mejor para que surgiera un verdadero mercado de información e ideas.
Pero los gigantes de las redes sociales de hoy se han vuelto fabulosamente ricos al concentrar celosamente el control de los datos en sus manos.
Entonces, la gran pregunta es: ¿Hasta qué punto Dorsey está realmente comprometida a renunciar a eso?
Manténganse al tanto. Esto está a punto de ponerse muy interesante.