Contenido
- Introducción
- ¿Qué son las criptomonedas?
- Criptomonedas: eliminar al intermediario
- ¿Qué información es compartida por los nodos?
- ¿Cómo funcionan las criptomonedas?
- Recapitulando
- Dónde comprar criptomonedas
- Conclusión
Introducción
Una criptomoneda es una forma de dinero efectivo digital que permite a los individuos transmitir valor en un entorno digital.
Puede que te preguntes cuál es la diferencia entre un sistema de este tipo y PayPal -o, por ejemplo, la app de banca digital que tengas en tu teléfono móvil. Ciertamente, a simple vista, parecen satisfacer los mismos casos de uso -hacer pagos a amigos, realizar compras en tu página web favorita-, ahora bien, si se analizan con mayor detenimiento, no podrían resultar más diferentes.
Existen diversos engranajes que resultan cruciales para el funcionamiento de las criptomonedas. En el siguiente artículo, intentaremos desglosar dichos conceptos en partes más manejables, para posteriormente concluir poniéndolos todos en relación.
¿Qué son las criptomonedas?
“Criptomoneda” sirve como término comodín para referirse a un amplio rango de sistemas de dinero digital. Las criptomonedas dependen de una sólida criptografía para hacer cumplir los derechos de propiedad y garantizar transacciones seguras. No son operadas por ninguna entidad única, sino por una red de participantes descentralizada que se coordina en torno a un conjunto de hechos compartidos.
Criptomonedas: eliminar al intermediario
El sistema financiero, tal como lo conocemos hoy en día, está invadido por intermediarios. Cualquier transacción que realices, que no sea un pago en efectivo en persona, desencadenará una reacción en cadena en las base de datos de tu banco. Aunque de forma externa pueda parecer que simplemente estás pasando tu tarjeta para comprar un café, lo que en realidad ocurre es que el vendedor contacta con tu banco, que es quien garantiza que dispones de la autorización (y el balance) para realizar el pago. Los fondos ni siquiera están en tu cuenta: el banco simplemente mantiene un libro mayor contable en el que se indica que se te debe el dinero.
Resumiendo, la columna vertebral de nuestra infraestructura financiera se encuentra increíblemente centralizada -con sólo tocar un botón, unos pocos actores clave podrían hacer desaparecer los ahorros de toda tu vida. En las redes de criptomonedas, dicha columna vertebral no existe. Bueno, en realidad sí, pero lo hace de un modo distinto.
Pongamos por caso un país en el que hay 10 bancos dando servicio a 1.000.000 de personas. Cada banco está sometido a una fuerte regulación, por lo que debe pasar innumerables controles antes de poder empezar a dar servicio a sus clientes en el sistema de dinero fíat. Los clientes gozan de ciertas garantías por ley pero, fundamentalmente, no tienen ningún control sobre el dinero que guardan en los bancos.
En un esquema de criptomonedas típico, no se realiza distinción alguna entre los “bancos” y los “clientes” -cada usuario es su propio banco. Existen regulaciones, pero en lugar de ser aplicadas por intermediarios, es un software quien se encarga de ello. Lanzar un banco propio (al cual denominamos nodo), es tan sencillo como descargar un programa y ejecutarlo en un ordenador -la mayoría de las veces, un dispositivo de gama baja será más que suficiente.
Este software se conecta a Internet, buscando contactar con otros ordenadores que ejecuten el mismo programa, para así formar conexiones con ellos. Todos los bancos se conectan de esta forma con otros tantos, creando así una red peer-to-peer.
Esto hace que no haya ninguna fuente central de información: tan pronto como un nodo crea nueva información (o la recibe de otro nodo), la transmitirá a todos aquellos a los que esté conectado. Estos harán lo mismo, garantizando que la información se propaga rápidamente a lo largo de la red y que todos los participantes se mantienen actualizados.
¿Qué información es compartida por los nodos?
Los nodos comparten información sobre transacciones. A menudo escucharás a la gente hablar de un ledger (libro mayor contable) distribuido, porque cada nodo almacena lo que, en efecto, es un listado muy largo. Dicho listado se actualiza frecuentemente, con un lote de transacciones añadido cada vez (para una discusión más profunda sobre este tema, ver ¿Qué es la Tecnología Blockchain?).
Dado que no existe un banco único, o incluso una tercera parte de confianza en la cual apoyarse para el mantenimiento de los registros, cada nodo deberá hacerlo por sí mismo. Cuando un nuevo lote (denominado bloque) de transacciones se propaga, el software verifica automáticamente que haya sido creado de acuerdo a las reglas del sistema. Si el ente que ha producido el bloque intenta gastar fondos que no poseía, la red lo rechazará de forma automática.
Cualquiera puede crear un bloque. El método más popular para hacerlo (tal como se observa en criptomonedas como Bitcoin) es a través de un proceso denominado minería, aunque otros métodos están ganando cada vez más tracción. No es necesario preocuparse por los detalles, todo lo que necesitas saber es que una buena criptomoneda siempre hará que un intento de engaño por parte de un participante resulte caro, y que lo recompensará si actúa de forma honesta.
¿Cómo funcionan las criptomonedas?
Probablemente no resultará sorprendente -dado su nombre-, pero lo cierto es que la criptografía forma parte del núcleo de cualquier red de criptomonedas. Impide que otros usuarios gasten tu dinero, garantiza que puedas recibir monedas sin sacrificar tu privacidad y mantiene la seguridad de todo el ecosistema.
A nivel de usuario, tu punto de entrada a la red es una clave privada. Este es un número tremendamente grande que sería imposible de adivinar, incluso con una gran cantidad de computadoras de alta potencia. En muchos sentidos, es como una contraseña, pero con la distinción muy importante de que no se puede cambiar, y una vez que se pierde, nunca puedes recuperarla (para obtener una guía sobre cómo almacenar correctamente tus claves, consulte Mantener segura tu clave privada).
Una vez que generas una clave privada (que se puede hacer en prácticamente cualquier dispositivo), ahora puedes derivar de ella direcciones públicas: cadenas de caracteres que puedes entregar a otros usuarios, para que puedan enviarte criptomonedas. No hay riesgo de que alguien realice ingeniería inversa de las direcciones para obtener la clave privada.
Una característica interesante de esta llamada criptografía de clave pública es que los usuarios pueden demostrar fácilmente que tienen derecho a gastar monedas, y otros pueden verificar fácilmente que este sea el caso. Por el contrario, si los actores maliciosos intentan mover fondos que no les pertenecen, su transacción no será retransmitida por otros nodos.
Recapitulando
Acabamos de arañar la superficie de la criptomoneda, pero esperamos haber tocado lo suficiente para obtener una buena visión general del sistema. Hablemos sobre cómo funciona una transacción típica de tarjeta de débito, seguida de cómo funciona una criptomoneda, dibujando un ejemplo con nuestros amigos Alice y Bob.
Alice desea comprar un café del establecimiento de Bob:
- Bob teclea el pedido en su dispositivo de punto de venta, y Alice inserta su tarjeta de débito.
- Si todo se ve bien, la información se transmite al adquirente (el banco que acepta transacciones con tarjeta en nombre de Bob).
- El adquirente accede a una red global con la solicitud de Alice, que luego consultará al banco de Alice para asegurarse de que la transacción sea válida.
- El banco de Alice ejecutará algunos checks (¿es probable que esta transacción sea fraudulenta? ¿Tiene los fondos para ello?).
- El banco de Alice informa a la red que todo se ve bien (o que hay un problema, si ese es el caso).
- La red transmite la información al adquirente, que finalmente la pasa a Bob.
Alice se va con su compra. El día continúa, y se encuentra ansiando cafeína una vez más. Regresa al café de Bob y ve que Bob ha puesto una pegatina de Se acepta Bitcoin aquí en la ventana. Ansiosa por probarlo, entra y hace su pedido:
- Bob abre su billetera (un software que contiene sus claves públicas / privadas y le permite crear transacciones). Genera una dirección pública y se la presenta a Alice; para su comodidad, puede mostrarla como un código QR.
- Alice abre su propia billetera y escanea el código QR. Su billetera decodifica esto automáticamente, y se le pide que ingrese la suma que desea enviar.
- Ella ingresa el precio del café (se agrega una pequeña tarifa para incentivar a la red a aceptar la transacción) y presiona “enviar”.
- La transacción se transmite a la red de nodos que ejecutan Bitcoin.
- Será recolectado por alguien que intente crear un bloque.
- Si se acepta el bloque, se confirma la transacción y se le notificará a Bob que ha recibido un nuevo pago.
Et voilà! Como puedes ver, la transacción de Bitcoin involucra considerablemente menos intermediarios. De hecho, no consideramos que haya ninguno: incluso si algunos nodos rechazan la transacción válida de Alice, otros la aceptarán. La criptomoneda es lo más cercano que podemos llegar a las transferencias físicas de efectivo en un entorno digital.
Tal vez debería tenerse en cuenta que, cuando se trata de velocidad, la red de la tarjeta puede ser más rápida: puede tomar de minutos a horas para que se establezca una transacción de criptomonedas. Sin embargo, en el gran esquema de las cosas, el tiempo de liquidación es mucho más rápido que el de los bancos, que a menudo tardan días en reasignar fondos en sus backends. Y con numerosas innovaciones en el espacio de la criptomoneda, es probable que la diferencia entre la velocidad de la tarjeta y la de la criptomoneda pronto sea insignificante.
Dónde comprar criptomonedas
Hay muchas formas de adquirir criptomonedas. Podrías ganarlas por vender bienes o servicios, intentar minarlas o simplemente comprarlas directamente. Creemos que el futuro de las finanzas reside en este incipiente campo del dinero digital, y nuestra misión es impulsar su adopción en todo el mundo. Binance admite cientos de monedas, y nos esforzamos constantemente para que puedas obtenerlas de la manera más fácil posible.
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Conclusión
Cuando Satoshi Nakamoto publicó por primera vez su propuesta para Bitcoin en 2008, puso en marcha una cadena de eventos que cambiarían para siempre la forma en que percibimos, mantenemos y transmitimos valor. En una era en la que nuestra privacidad es cada vez más difícil de proteger y nuestra seguridad se basa en confiar en terceros, la criptomoneda se ha convertido en un medio para ser realmente su propio banco.