La pandemia de coronavirus ha llevado a los minoristas a pedir a los clientes que usen máscaras, mantengan el distanciamiento físico y eviten el uso de efectivo cuando sea posible. A pesar de la evidencia científica que indica que la moneda no transmite COVID-19, sigue habiendo un cansancio sin precedentes en torno al uso de efectivo.
En el pico de la pandemia mundial, los bancos de China y Corea del Sur comenzaron a desinfectar y poner en cuarentena los billetes para frenar la propagación del nuevo coronavirus. Otros bancos centrales se han negado a adoptar tales medidas, comunicando que los riesgos que plantea el manejo de efectivo son bajos en comparación con otros objetos que se tocan con frecuencia, como los teclados de PIN.
El Banco de Canadá, por ejemplo, alentó a los minoristas a dejar de rechazar el efectivo porque podría afectar de manera desproporcionada a quienes dependen del efectivo como forma de pago.
A pesar de estas garantías, el miedo a transmitir el virus podría acelerar la tendencia de las aplicaciones de pago digital y reducir el uso de efectivo en la sociedad.
Aunque los sistemas de pago digitales como Apple Pay, Venmo y Google Pay se han generalizado mucho en los últimos años, estas aplicaciones de pago no estaban destinadas a reemplazar la moneda existente. Estas aplicaciones tampoco han reducido sustancialmente la cantidad de efectivo en circulación.
Cashless en una crisis
El Banco de Pagos Internacionales, que asesora a los bancos centrales de todo el mundo, publicó un boletín en abril que decía que la pandemia podría acelerar el cambio hacia los pagos digitales en todo el mundo, incluidas las monedas digitales de los bancos centrales. Eso no es una sorpresa. Una crisis global a menudo puede actuar como catalizador de un cambio estructural.
Por ejemplo, el atraco de Västberga en 2009 condujo a una sociedad sin efectivo en Suecia. Como se produjo una serie de robos en tiendas, bancos e incluso autobuses, Suecia tomó medidas para reducir la circulación de efectivo como una forma de proteger a los trabajadores. Desde entonces, el uso de efectivo en Suecia ha disminuido, del 39 por ciento en 2010 al 13 por ciento en 2018. Actualmente, alrededor del 20 por ciento de los minoristas en el país ya no aceptan efectivo.
El banco central de Suecia, el Riksbank, anunció en 2017 que iniciaría un programa piloto que explora la viabilidad de una moneda digital nacional llamada e-krona. El Riksbank lanzó recientemente un proyecto conjunto con Accenture para determinar los aspectos técnicos de la e-krona. Los únicos detalles publicados hasta ahora indican que la moneda digital utilizará la tecnología blockchain. Sin embargo, informes anteriores del piloto concluyeron que la e-krona se administraría de forma centralizada, lo que garantiza que el banco central tenga un control firme sobre la oferta monetaria.
Pruebas de moneda digital de China
China lanzó recientemente un programa piloto de su yuan digital en cuatro ciudades importantes, pero los detalles de la moneda digital nacional son escasos.
El yuan digital está respaldado por el banco central de China, el Banco Popular de China, y está vinculado a la moneda nacional. Es poco probable que esta moneda digital soberana se parezca a las criptomonedas tradicionales como Bitcoin, que admiten la descentralización y no son emitidas ni administradas por una autoridad central. La moneda digital china supuestamente utiliza criptografía asimétrica (claves públicas / privadas) y contratos inteligentes, lo que permite el anonimato controlable y la prevención de la falsificación.
El diseño centralizado del yuan digital proporcionaría al gobierno chino una supervisión inigualable de los flujos de dinero y las transacciones. Además, el Banco Popular de China ha presentado más de 50 patentes relacionadas con el yuan digital y planea distribuir la moneda digital a través de bancos comerciales. El banco también está explorando un sistema de seguimiento que rastrearía el movimiento de la moneda digital.
El momento del lanzamiento del yuan digital llega cuando el resto del mundo está recortando las tasas de interés y lidiando con la pandemia global, brindando a China una oportunidad inusual. El objetivo del yuan digital es aumentar su circulación, con el objetivo final de convertirse en una moneda global muy parecida al dólar estadounidense.
China también apunta a vencer a competidores privados, como Libra de Facebook, manteniendo el control sobre la seguridad financiera del país. China cree que las monedas digitales que no son emitidas por gobiernos o bancos centrales son una amenaza para la soberanía.
¿Viene la moneda digital a Canadá?
El Banco de Canadá parece tener un gran interés en repensar la naturaleza del efectivo y reinventar el papel de la banca central. Una publicación de trabajo reciente en el banco central indicó que se estaría “embarcando en un programa de gran importancia social” al diseñar y presumiblemente implementar su propio sistema de moneda digital del banco central.
Al igual que otros bancos centrales de todo el mundo, el Banco de Canadá puede estar considerando la creación de un sistema de moneda digital. LA PRENSA CANADIENSE / Adrian Wyld
La moneda digital propuesta protegería la privacidad del usuario, pero no proporcionaría el mismo anonimato que las transacciones en efectivo. Está destinado a ser accesible, lo que indica que la moneda digital podría ser utilizada por todos los canadienses, incluso aquellos que no tienen una cuenta bancaria o un teléfono móvil.
Muchos países han estado experimentando con monedas digitales desde que surgió el creciente interés en blockchain y criptomonedas. A medida que los bancos centrales intentan ingresar a la carrera del desarrollo de monedas digitales, los gobiernos primero deben examinar si tal movimiento realmente ayudará a la economía. Los ciudadanos también deben pensar críticamente antes de subirse a bordo porque las monedas digitales nacionales tienen serias implicaciones en la privacidad.
Parece haber cierto margen de maniobra para introducir cambios durante una crisis, como demuestran los experimentos de China y Suecia. Pero la introducción de una moneda digital durante una crisis podría proporcionar a los gobiernos nuevos poderes aterradores. El papel del estado podría cambiar drásticamente a medida que las naciones avancen hacia una sociedad sin efectivo, lo que alienta a los bancos centrales a adaptarse para mantener un control firme sobre la oferta monetaria.
Anwar Mohammed, estudiante de doctorado, Ciencias Políticas, Universidad McMaster